Sobre el tamaño del acuario marino.
Recordemos que mientras más grande el acuario, más sencillo será su cuidado. Esto se debe a que los volúmenes grandes de agua permite mantener los valores más estables que en los pequeños.
Evidentemente también se pueden lograr condiciones biológicas adecuadas en acuarios de cien litros o menos, pero los errores en el mantenimiento se manifiestan de manera considerablemente más rápida, y sobre todo con mayor intensidad.
Casi todos los peces marinos exigen un territorio para defender de forma enérgica contra los intrusos. Por esta razón es que se recomienda como mínimo un acuario de 200 litros y así poder cuidar varias especies de peces al mismo tiempo.
Si se desea instalar en la parte inferior un sistema de filtrado biológico (por ejemplo, un filtro por goteo), el acuario debe contar con una cavidad lo suficientemente grande para permitir la salida del agua.
Cómo iluminar un acuario de agua salada.
Para iluminar los acuarios de agua salada se utilizan tubos fluorescentes, lámparas de halógeno de vapores de metal, como las lámparas de halógeno de mercurio y yodo, sus sucesoras más recientes (designadas con las siglas HCI o CDM) o una combinación de ambas.
En los acuarios poblados sobre todo por animales inferiores que requieren mucha luz, provenientes de la zona de aguas superficiales, o en peceras con una profundidad del agua de más de 50 cm, además de la luz de halógeno de mercurio y yodo se deben utilizar también siempre tubos de luz azul, es decir, ya que solo de esta manera se consigue resaltar de manera adecuada la diversidad cromática de los corales.
Al utilizar tubos fluorescentes no se debe sobrepasar la profundidad de 50 cm. Utilizando los SERA, se incrementa hasta en un 100 % el aprovechamiento de la luz de los tubos fluorescentes. Si solamente se utilizan tubos fluorescentes, se deben combinar diferentes espectros lumínicos para producir las condiciones de luz ideales. Para la iluminación del frente se recomienda una ampara capaz de producir una luz color azul marino actínico, y con su espectro lumínico específico de 380 a 450 nm que produzca condiciones de luz semejantes a las del arrecife tropical. El crecimiento y los brillantes colores de los animales se verán muy favorecidos por el espectro lumínico azul. Para el segundo plano se recomienda una lampara capaz de llevar la luz del día tropical al acuario de agua salada.
En cuanto al lugar de colocación.
El acuario debe ser instalado sobre una esterilla de poliestireno o poliuretano, para evitar que se rompan los cristales por el peso propio de agua y demás elementos a contener. En la medida de lo posible, hay que seleccionar el lugar donde se coloque el acuario para que no le dé la luz del sol directa. esto es algo que recalco en todos los artículos, sin embargo de otra manera, se favorecerá mucho el crecimiento de algas indeseables afectando negativamente las condiciones del acuario y por consiguiente el bienestar de los peces.